• 13 de julio de 2020

¿Por qué los monólogos son buenos para la salud?

La risa tiene múltiples beneficios para la salud

¡Los monólogos son una buena terapia de salud!

Por todos es sabido que, un momento de ocio y distensión, solo puede traer cosas buenas. Y, cómo no, los monólogos son uno de esos planazos que ofrecen diversión y risas. Si de algo gozamos de buena salud, y nunca mejor dicho, en este país es de buenos cómicos: Carlos Latre, Raúl Antón, Enrique San Francisco, Ricardo Castella, Jesús Manzano...

Pese a que puede parecer una actividad sencilla: sales al escenario, hablas durante un rato, avalancha de aplausos... Es una tarea de lo más complicada. De hecho, estos artistas suelen prepararse sus monólogos durante semanas. ¿Y es improvisado? Pues bueno, "cada maestrillo tiene su librillo" y el porcentaje de improvisación y preparación varía en el modus operandi de cada uno, pero lo que está claro es que prepararse un monólogo es una ardua tarea.

En lo que todos coinciden sí es en que las carcajadas del público merecen, y mucho, la pena. Precisamente de eso es de lo que venimos a hablar hoy. Los beneficios de la risa, y de los monólogos, en la salud.

Los beneficios de los monólogos para la salud

Sin ningún tipo de dudas, el fin último de los monólogos es hacer pasar un buen rato a los asistentes y reír. ¡Reír mucho! Carjadas, risotadas, sonrisas... Es lo que buscan los monólogos. ¿Sabías que riendónos movemos más de 300 músculos de todo el cuerpo? ¿Y que la risa tiene beneficios fisiológicos, emocionales y psicológicos? Ahora te contamos un poco más sobre ello.

  • Reir libera hormonas como las endorfinas, adrenalina, serotonina y dopamina, que están muy relacionadas con la reducción del dolor. ¡Por algo se llaman hormonas de la felicidad! Además contribuyen al incremento de leucocitos y, por ende, a mejorar el sistema inmunológico.

  • Unas buenas risas ayudan también a mejorar las relaciones sociales, ya que contribuyen a mostrarse más satisfechos y cercanos, haciendo así el diálogo más cómodo y ayudando a la creación de vínculos sociales. Además, el cerebro cuenta con una neurona espejo que ayuda a contagiar emociones. Así, nuestras risas contagian a los de alrededor, siendo beneficioso ya no solo para uno mismo, sino también para la gente que está cerca.

  • La risa ayuda también a inhibir la ansiedad y el estrés, ayudando a alcanzar estados emocionales más positivos. Además, es una forma de relajarse, al darse en ambientes distendidos, que oxigena el organismo. Un buen momento de carcajadas eleva el ritmo cardíaco a un punto similar al de un largo paseo en bici.

 

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